Llegamos al punto en que los niños y adolescentes son adictos a las redes. El peor castigo del mundo es quitarle a un chico el teléfono móvil, dejarlo sin ordenador o impedirle consultar las redes. ¿Dejarlo sin televisión? Una minucia. ¿Qué no habrá salidas durante dos fines de semana? Una tontería. Al fin y al cabo, todo eso se soluciona a través del móvil.
Ojo: pero que nadie ose siquiera sugerir que no consulte sus mensajes. ¡Caos!
A tanto llega el impacto de la adicción que todo se hace a través de la tecnología y muchos desmanes que se producen hoy en día son culpa de "que se me salió de las manos". ¿Por qué? Pues porque todos los chicos están bajo la misma influencia y sin control, en otras palabras ¡son adictos! un solo mensaje en móvil se multiplica exponencialmente. Pasó en el Madrid
Arena y más recientemente en la casa rural gallega.
Arena y más recientemente en la casa rural gallega.
Todo ello lleva implícitas muchas cosas: falta de control (de los padres), mentir (a los padres), rebeldía (hacia las normas impuestas por los padres).
¿Qué pasará que la palabra común es PADRES? Ea pues, queridos padres, que debemos aprender a educar. ¡Ésto sí que se nos está saliendo de las manos!
¿Hay una nueva versión de las adicciones? ¿Son nuestros hijos redoholics? ¿Estamos dejando demasiado albedrío porque no sabemos cómo controlar?
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