jueves, 27 de diciembre de 2012

LAS REDES SOCIALES: PADRES VS. HIJOS.

La chica -de la cual no sabemos su nombre ni vemos su cara pues sólo tiene doce años- publicó una foto en la que sostenía una botella de alcohol  junto a un mensaje que decía "desearía poder tomar este vodka".
La polémica la ha suscitado, más que la foto, el castigo que le aplicó su madre, la escritora Reshonda Tate Billingsley. Apelando a los mismos medios que empleó su hija para publicar tan clara declaración, la obligó a posar, en la misma red, sin mostrar su rostro, con un cartel escrito de puño y letra de la niña, que dejaba patente otra declaración, que sin duda no era de ella: "Ya que quiero subir fotos sosteniendo una botella de licor, obviamente no estoy preparada para las redes sociales, así que tomaré un descanso hasta que aprenda qué debo y qué no debo postear. Adiós".
Las opiniones están divididas puesto que hay quienes ven correcto el proceder de la madre y hay detractores de lo que, dicen, es un escarnio público para la niña. Algo así como una "letra Escarlata". El quid del asunto está en que al parecer, la madre le había dejado bien claras las condiciones según las cuales le permitía participar en Instagram, la red en cuestión.
¿Cómo prevenir? ¿Cómo castigar? ¿Qué hacer? ¿Hay algún manual para tales casos?


Queda abierto el debate...






NEWTOWN, OTRO NOMBRE PARA LA HISTORIA DEL DOLOR INFANTIL

He aquí el mejor ejemplo de educación o... de falta de ella. Y cuando digo educación no hablo de buenos modales y aprendizaje académico; hablo de valores, de principios y de bases para la ubicación sociológica de un ser humano en la vida.  
Hablo de la escuela Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, Estados Unidos. Veinte niños asesinados, seis maestras, una madre y el suicida; el chico responsable de la tragedia. Y pregunto ahora ¿Fue el verdadero responsable de sus actos? Sí, en cuanto que los cometió; pero ¿sabía lo que hacía?
Es difícil decir que fue víctima, lo consideramos más bien culpable. Pero a su manera y en los veinte años que vivió fue víctima... De su entorno, de su familia, de su des-estructuración social, de la educación represiva y del exceso de cuidado. Si nos atenemos, claro, a lo publicado en los medios y a lo descubierto por la policía en sus investigaciones.
Se impone aquí una reflexión: todo en su justa medida, nunca mejor dicho. En anteriores reflexiones hemos hablado de la falta de autoridad en la educación actual, pero con ésto no quiero decir educación represiva y, mucho menos, autoritarismo. 
No digo que él la sufrió; pero quizás -por lo que dicen los informes policíacos- la sobre protección de la que fue objeto por parte de su madre (otra forma de creer que se educa) lo llevó a un desequilibrio interior que desembocó en esa tragedia. 
Sé que me aventuro mucho y me meto en términos que no conozco, pero la verdad, es que nadie conocerá nunca, qué pasó realmente por la cabeza de Adam Lanza, ese chico educado de manera tan peculiar, que empuñó un arma y disparó a cuanto niño se cruzó en su camino. ¿No es muy curioso que haya matado niños, profesoras mujeres y a su madre?

...Queda para la reflexión...