La chica -de la cual no sabemos su nombre ni vemos su cara pues sólo tiene doce años- publicó una foto en la que sostenía una botella de alcohol junto a un mensaje que decía "desearía poder tomar este vodka".
La polémica la ha suscitado, más que la foto, el castigo que le aplicó su madre, la escritora Reshonda Tate Billingsley. Apelando a los mismos medios que empleó su hija para publicar tan clara declaración, la obligó a posar, en la misma red, sin mostrar su rostro, con un cartel escrito de puño y letra de la niña, que dejaba patente otra declaración, que sin duda no era de ella: "Ya que quiero subir fotos sosteniendo una botella de licor, obviamente no estoy preparada para las redes sociales, así que tomaré un descanso hasta que aprenda qué debo y qué no debo postear. Adiós".
Las opiniones están divididas puesto que hay quienes ven correcto el proceder de la madre y hay detractores de lo que, dicen, es un escarnio público para la niña. Algo así como una "letra Escarlata". El quid del asunto está en que al parecer, la madre le había dejado bien claras las condiciones según las cuales le permitía participar en Instagram, la red en cuestión.
¿Cómo prevenir? ¿Cómo castigar? ¿Qué hacer? ¿Hay algún manual para tales casos?
Queda abierto el debate...